Su vida no fue fácil, probablemente fue perro callejero desde cachorro. No sabemos qué cosas pasó en su vida, pero sí que le dejaron marcas.
Se cruzó en nuestro camino gracias a Adriana, su hada madrina, quien lo encontró en la calle agonizando por un problema grave que tenía en los intestinos. Fue así que entró a la Prote y fue operado de urgencia. De a poco se fue recuperando y compartió con nosotros un tiempo hermoso que ningún voluntario va a olvidar. Siempre van a estar presentes en nuestros recuerdos y en nuestro corazón su marcha tranquila, su mirada dulce y su sonrisa constante, a pesar de todo.
Desde hace algunos meses, sus problemas intestinales volvieron y fue operado nuevamente, pero su cuerpo y su almita querían descansar. Más allá de los esfuerzos de todos, Chino no la estaba pasando bien. Fue entonces que Adriana decidió llevárselo a su casa y allí, rodeado de todo el amor posible, el Chino partió.
Lo vamos a extrañar muchísimo, todos los voluntarios de perritos de la Sarmiento y toda la Prote. Su sonrisa dulce, los paseos compartidos, su mirada y su agradecimiento estarán siempre prensentes en nosotros: como recuerdo y como enseñanza de no perder lo más lindo de uno a pesar de lo duro de las circunstancias.
Donde sea que estés, Chino hermoso, todo nuestro amor incondicional para vos.
Te amamos, buen viaje y hasta pronto.
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