¿Cuál es tu relación con los animales?
Mi relación con los animales es de amor y los reconozco como mis semejantes, los respeto como respeto a las personas, jamás les haría algo que no me gustaría que me hicieran a mi. Mucha gente dice que soy exagerada.
Mi locura con todo ser vivo comenzó cuando era chica: caminaba sin pisar a las hormigas porque siempre estaban trabajando y las respetaba. Recuerdo que una vez estaba caminando con mi mamá por Asamblea, yo tendría 6 o 7 años, y estaba mirando a un perrito blanco hermoso. De repente bajó un hombre de una camioneta, lo agarró por el cuello con un lazo y lo subió ahí… era de la perrera. Jamás voy a olvidar lo que sentí cuando comprendí el fin de esa hermosa criatura que solo quería que le hicieran mimos. Debido a cosas como estas, desarrollé una sensibilidad especial por los animales.
¿Convivís con animales?
Mi primera perrita fue Karen y la tuve recién a los 15 años. Mi papá nunca quiso tener porque sufría mucho cuando se morían: el vivió en el campo, tuvo animalitos y cuando se iban la pasaba muy mal. Ahora tengo en casa a una perra Dálmata llamada Sasha, tiene 15 años y es divina. También tengo una gatita llamada Luz, ella es nueva, la encontré el día que me mudé a esta casa y la adopté porque me daba pena verla solita. Cuando vivía en la otra casa, que era mucho más grande que esta, siempre tuve perros, hasta llegué a tener 5 a la vez, siempre perritos callejeros. Pero un día mi papá encontró queriendo cruzar una avenida a una perra Dálmata. La publicamos en muchos lugares pero nadie apareció así que la adoptamos. Todos nos enamoramos de ella y el día que murió, dijimos con mi hermana que nos gustaría tener otra Dálmata. Fue la única perrita comprada. También tuve gallos, un tero y, lo más importante, una falsa nutria o coipo, la cosa más hermosa del mundo a la que llamé Claudia. Era muy especial y la tuve porque la familia que se la había traído del campo siendo un bebé, ya no la quería y tuve miedo de que la tiraran en cualquier lado, así que la adopté. Lamentablemente solo vivió dos años y lloré por ella casi más que por mis perritas.
Por otro lado, ahora van a pensar que estoy loca, me encantan los roedores, pero no pienses en las ratas comunes, es un grupo con bichitos hermosos: ardillas, coipos, chinchillas, carpinchos..
¿Cómo llegaste a la Prote Sarmiento?
Siempre quise estar con animalitos pero nadie me acompañaba en eso, ninguna de las personas que me rodeaban me hacía la pata y yo para ir a algún lugar sola soy muy tímida. Luego conocí en una página de fans de Sarah Brightman a mi amiga Ivi y empezamos a hablar de animales. Descubrí que a ella también le gustaban mucho pero tampoco la acompañaban, entonces empezamos a buscar juntas protectoras para ir. A mi me encantó el nombre Sarmiento así que empezamos a averiguar y fuimos.
¿Por qué decidiste ser madrina externa?
Fue más que nada para ayudar porque admiro el trabajo que hacen y quería aportar mi granito de arena. No podía hacerme voluntaria porque no tengo tiempo disponible, trabajo mucho y todo el día, y me hubiera sentido mal al no poder estar presente más tiempo. Por eso supuse que sería mejor ser madrina e ir cuando tuviera tiempo disponible. Sucede que soy muy responsable y sufro cuando no puedo cumplir.
¿Te gusta ser madrina externa?
Me encanta. Me hace sentir útil y a la vez recibir amor incondicional de tantos bichitos. Realmente ir a la Prote es como ir a un spa, ¡lo digo por lo genial que se siente! De verdad recomiendo a la gente que se haga madrina (o padrino) porque es increíble la sensación. Además de ayudar, es algo que tiene ida y vuelta.
¿Quién es tu ahijado/a?
Cuando llegamos con Ivi, quisimos ser madrinas de Ghana, Coca o Serena, y así fue, fuimos madrinas de las tres. Luego Ghana y Coca se fueron en adopción y nos quedó la dulce de Serena. Estoy totalmente enamorada de ella, la adoro y quisiera poder tenerla conmigo pero desgraciadamente no puedo, vivo en un departamento chico y ya tengo dos animalitos.
¿Un mensaje para nuestros lectores?
A todos aquellos que no son padrinos ni madrinas de algún animalito, les recomendaría que lo fueran porque no solo ayudarían a la protectora, sino que se ayudarían a si mismos, porque lo que un perrito o un gatito da es increíble, ir a verlos es como entrar en un mundo de felicidad porque ellos siempre están felices a pesar de las distintas circunstancias que les haya tocado vivir. No se pierdan la experiencia, ¡es increíble!
Si querés ser madrina o padrino externo de algún animalito de la prote, escribile un mail a Marcela a maste@fibertel.com.ar
Foto: Beatriz y su ahijada Serena (en adopción).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
no se permiten palabras fuera de contexto